19 de agosto de 2013

Forzando la máquina


Ayer, intentando recuperarme de las vacaciones, dirigí una partida de InSpectres, que resultó un poco más decepcionante de lo esperado.

Por experiencias previas, recordaba que el juego era rápido, sencillo y divertido, así que cogí el libro y me decidí a improvisar una entretenida aventura de fantasmas.

Y aunque el juego tiene muchas virtudes, creo que forcé demasiado el sistema, por distintas razones:

1- El sistema es sencillo, pero no es conveniente jugar ningún juego sin repasar el reglamento, aunque sea por encima. Aunque recordaba más o menos todo, tuve que buscar en el reglamento un par de cosas bastante necesarias, y se perdió tiempo y ritmo.

2- Jugué para una sola jugadora. Y casi nada en el juego favorece que sólo jueguen dos personas. La misión se acabó muy rápidamente (ayudado por unas cuantas buenas tiradas) y la falta de interacción con otros jugadores se hizo notar mucho.

3- El juego apoya la improvisación, pero sin ningún tipo de inspiración me resultó dificil sacar algo original de la misión determinada aleatoriamente.

Ojo, la sesión fue divertida y acabó con un vendedor de alimentación chino volviendo a su pais, humillado por sus fantasmales antepasados, pero aprendí la lección de que todo juego de rol requiere, por pequeño que sea, una cierta preparación de algún tipo.