Godzilla, Cthulhu, zombis, Perdidos. Todo valía en las elucubraciones que hacían miles de internautas mientras llegaban los interminables pequeños retazos de información inútiles.
Cuando descubrí el gran rompecabezas de Cloverfield, me enganché por completo, visitando todas las páginas y uniendo a la legión de resuelve-enigmas que seguían a J.J. Abrams.
Cuando llegó el esteno a nuestro país (bajo el incomprensible título de Monstruoso, un ejemplo de como cambiar un título evocador por un mojón), apenas si tenía un cierto interés por ver el resultado de esta película tan comentada.
El resultado fue decepcionante.
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Los actores principales son productos hollywoodienses que encarnan personajes recién salidos del Manhattan de Friends, la historia romántica que pretende esconderse tras el ataque del monstruo es facilona y no interesa en absoluto y la cinta está llena de errores y situaciones absurdas. ¿Qué sentido tiene seguir cámara en mano cuando un horrible monstruo está detrás de tí?
La idea de rodar el film desde la perspectiva de una cámara en mano ha dejado de ser original y sólo ayuda a marear al espéctador (y mucho), pero parece que estas son las consecuencias de vivir en la era Youtube.
La principal gracia de la película se acaba a la mitad del metraje, cuando podemos ver más o menos el aspecto del monstruo (¿de verdad alguien creía que no se le iba a ver?) que se había mantenido en el mayor secreto que se puede tener hoy en día, pero para ello nos hemos tenido que tragar casi media hora de culebrón adolescente entre el protagonista guaperas que está enamorada de la chica guapísima y se va a ir a vivir a Japón sin decirla que la quiere y resulta que va ella y aparece con un novio nuevo y él se cabrea porque se habían acostado una vez pero ella se excusa diciendo que él no le había vuelto a hablar y... en fín. Personajes sin profundidad con los que no logras conectar y que no evolucionan ni se desarrollan debido a la ausencia de alguna conversación minimamente decente, amén de que actúan de una forma bastante estúpida.
La película recuerda a Godzilla y otras películas de catástrofes y cumple raspando con su objetivo de entretener y proporcionar espectacularidad, pero nada de pensar, nada de explicar el origen ni las consecuencias, porque como bien sabe Abrams, Cloverfield es más marketing que película y ya están descubriendo los secretos que oculta la película y que poco a poco se explicarán, como no, en Internet.
Nadie se molesta en explicar nada, ni de dónde sale el monstruo, ni cómo acaba la batalla, ni por qué es invulnerable a todo el armamento del ejército más poderoso del mundo pero las criaturas pequeñas mueren de una patada. Por cierto, si la cámara utiliza una memoria SD, ¿cómo es que tiene cortes que muestran una grabación anterior?
Por supuesto, los espectadores piensan más que los mismo creadores y ya se puede hablar del significado y simbolismo de la película más allá de la bestia gigante, como por ejemplo el miedo al terror del 11-S, conviertiendo al monstruo en un "Al-Quaedzilla", como ya se han bautizado por la red o en una apología de la carrera armamentística.
Cloverfield no cuenta nada nuevo, aunque sí de una forma distinta pero poco afortunada.
Nota: Pésima.
1 comentario:
[...]y la cinta está llena de errores y situaciones absurdas. ¿Qué sentido tiene seguir cámara en mano cuando un horrible monstruo está detrás de tí? [...]
Espero que no estés buscando realismo en una película de un monstruo gigante porque eso si que tiene delito X´D
[...] pero nada de pensar, nada de explicar el origen ni las consecuencias, [...]
Hay un origen medianamente claro del monstruo gracias al Marketing Viral de los últimos días y sobre las conseciencias... Espera la secuela X´D
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