Y ya que lo comento, sí: viernes, sábado y domingo haciendo fichas. Sgrunt.
Los jugadores de rol somos fetichistas hasta límites insospechados. Dados, juegos, sistemas o ambientaciones. Algunos tenemos auténticas obsesiones a favor o en contra de dichos aspectos.
Las fichas de personajes no son una excepción. Mucha gente considera que la creación de fichas es un proceso obligatorio antes de jugar a cualquier juego. Si bien es cierto, que este proceso ayuda mucho a identificarte con tu personaje y a empezar a conocer las mecánicas muchas veces puede suponer una pérdida de tiempo. Tampoco quiero que se malinterprete: me encanta hacer fichas de personaje, muchas veces sabiendo que no iba a jugar con ella nunca.
¿Y esto sólo trae fichas de personaje? ¿En serio?
Creo que puedo decir que he pasado por todas las fases posibles en lo que a creación de personajes jugadores se refiere.
En primer lugar, comencé haciéndome personajes idénticos a mí: curiosos, cómicos y tranquilos. Daba igual que fuera un semielfo guerrero/mago/ladrón, un minotauro mago o un nómada. No pensaba mucho en ello, pero estaba claro que todos tenían mucho de mí.
Luego, me pasé al otro extremo. Me pregunté si no sería divertido jugar con personajes completamente distintos a mí. Aquí fue cuando comencé (y todos comenzamos) el travestismo: jugar con personajes del sexo opuesto. Lamentablemente, estos personajes suelen acabar siendo motivos de saña y/o auténticas caricaturas absurdas del sexo opuesto. Recuerdo nuestras primeras aventuras de Mechwarrior en el que el personaje femenino de un compañero se
cepilló a todos los guardias de una base, en los dos sentidos. Aparecía por la esquina, se tiraba a los guardias y cuando terminaban aparecíamos el resto pegando tiros. Sic.
Como consecuencia lógica, llegó la predilección por lo raro. Duró poco, pero en esos días surgieron las clones de Indiana Jones con poderes, los hombres-elefente guardabosques y el pirata mago del fuego con pasado oscuro y una pila de artefactos.

Poco después descubrí Unknown Armies. Aunque tiene ideas muy buenas para campañas, este juego brilla con instantáneas (aventuras autoconclusivas de una sola sesión). Obviamente, perder una tarde entera en crear personas para una instantánea no parece muy buena idea. Pero además es contraproducente. Los personajes pregenerados permiten explotar el potencial de cada instantánea. Hasta ese momento nunca me había dado cuenta de la buena idea que es crear personajes pregeneradores y las pocas desventajas que tiene. -Suspiro-.
Por supuesto, esto no significó que dejara de gustarme hacer fichas. De hecho,
hasta adquirí un nuevo estilo, que mantengo hasta hace poco. En principio, consistía en basarse en una idea, lo más simple posible, sobre la que desarrollar el personaje. Esto evolucionó a elegir un personaje de cine/novela/juego que me guste y que sea totalmente ajeno al juego de rol y lo adapto. ¿Un personaje para D&D? Un mago Obi-Wan ¿Para Star Wars? Conan,
mercenario con blasters. ¿Para L5A? Un bushi con el espiritu de Spock. Parto de un concepto inicial, siempre variado, y con el paso de las sesiones, el personaje se perfila y adquiere una identidad única.
A mí me vale, ¿y a tí? ¿Cómo haces para crear tus fichas de personaje?